Psicología profunda

Existen muchas maneras de practicar la terapia psicológica, y no necesariamente es un enfoque superior a los otros. Lo que sí resulta importante a la hora de iniciar una terapia, es escoger bien el tipo de trabajo que queremos hacer, y quién queremos que nos acompañe en ese proceso. Proceso que, por otra parte, no será corto, porque tomar conciencia y cambiar patrones, es algo que requiere tiempo. El tipo de terapia que yo ofrezco ha ido evolucionando con los años, y con mi propio desarrollo personal. Me inicié con una formación cognitivo conductual, al acabar la carrera buceé en diferentes corrientes psicoanalíticas, aprendí terapia estratégica breve y técnicas humanísticas, para finalmente acabar formándome como profesora de yoga. Creo que es imprescindible escuchar y atender al cuerpo, más allá del trabajo mental y simbólico que se pueda producir en el marco de la consulta tradicional. Esta última formación, me ha acercado recientemente más a Jung, al budismo y a una visión más espiritual y holística, de lo que es el ser humano. Es por eso que gusto de llamar a lo que hago, psicología profunda.

Terapia individual

Iniciar un proceso de terapia individual, nunca es tarea fácil. Se requiere mucha valentía y también humildad, para reconocer que necesitamos ayuda. Significa sobre todo, darnos cuenta de que algo anda mal, y necesitamos sanarlo. Pocas veces está en nuestras manos cambiar la realidad externa, pero siempre tenemos la capacidad de cambiarnos a nosotros mismos: nuestras actitudes, palabras, pensamientos, nuestras conductas,  o nuestra gestión emocional.

Como un barco que se hace a la mar, que no escoge el viento que le toca navegar, pero sí puede aprender a ajustar las velas, según sea ese viento. También me gusta imaginar, que iniciar un proceso de terapia, es a la vez, un camino de aventura y exploración hacia el centro de uno mismo, en el que, con algo de paciencia, nos haremos conscientes de qué es lo que nos hace sufrir, para, si así lo deseamos, poder cambiarlo.

Terapia de pareja

Iniciar una terapia de pareja, significa solicitar ayuda para gestionar una relación entre dos personas, entre las que no hay acuerdo o entendimiento. Las problemáticas pueden ser muy diversas, y las demandas también, dado que hay muchos modelos diferentes de pareja. Un factor común, suele ser el deterioro de la comunicación y la elevada conflictividad.

En este sentido, el terapeuta de pareja, hace las veces de puente comunicativo entre los miembros de la pareja, a fin de poder contrastar sus necesidades,  ayudarles a expresarse mutuamente lo que desean, y promover el responsabilizarse por parte de cada uno. De esta forma, se promueven los cambios necesarios en cada uno a fin de que ambos puedan llevar una vida plena y feliz, ya sea compartida o no.

Terapia grupal

Sartre decía, que somos en la medida en que somos para los demás. Necesitamos de la mirada del otro, para reconocernos humanos, únicos y diferentes a los demás, y a la vez parte de ese tejido interpersonal que nos ayuda a dar sentido a nuestra existencia. En las terapias de grupo, abordamos diferentes problemáticas comunes, y nos permitimos abrirnos a los demás, compartir nuestro dolor o nuestros problemas, ver el reflejo de nuestra situación desde un punto de vista algo diferente. El propio grupo es terapéutico en sí, en la medida en que permite el reconocimiento de situaciones de las que a veces estamos alienados, construye y propone sus propias soluciones.

Problemáticas atendidas

  • Burn-out
  • Estrés post traumático
  • Duelo
  • Separaciones
  • Ansiedad
  • Depresión
  • Fobias
  • Problemas comunicativos
  • Problemas de pareja
  • Problemas en la relación familiar
  • Acompañamiento en procesos terminales
  • Acompañamiento en procesos oncológicos
  • Crisis vitales
  • Crecimiento personal

¿Qué es la hipnosis?

La hipnosis, en el contexto clínico, permite al paciente experimentar una sensación de profunda relajación, mientras su atención se focaliza hacia su “mundo interior” y hacia las sugerencias adecuadas hechas por el terapeuta, que le ayudan a hacer cambios positivos.

Aunque en el cine parezca que la persona pierde la voluntad, el control y la consciencia, el paciente se encuentra en un estado lúcido en todo momento pudiendo decidir interrumpir la hipnosis si así lo considera oportuno, de hecho es una de las intervenciones más seguras.

 

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 Cuando la persona está hipnotizada, se encuentra en un estado mejorado de consciencia en el que está totalmente concentrado en lo que el terapeuta le va indicando, permitiéndole así conectar con mayor facilidad con determinados recuerdos, emociones o pensamientos automáticos y provocar de una manera más rápida cambios en sus procesos cognitivos, fisiológicos, emocionales y conductuales. La hipnoterapia es una herramienta que se puede utilizar para cualquier problema psicológico siempre contextualizada dentro de una línea de intervención.

Duelos y separaciones

El duelo es un proceso natural que todos pasamos en algún momento de nuestra vida, ya sea por la muerte de un ser querido, o por una separación de una persona, amigo, familiar o pareja, que aún sigue viv@. En el duelo se manifiestan diferentes fases, la negación, la ira, la tristeza…, hasta llegar a la aceptación.

No es un proceso fácil ni lineal, y muchas veces el duelo queda encapsulado, porque la persona rehúye la sensación dolorosa. Es importante que ante situaciones de pérdida, busquemos apoyo en un profesional que, si bien no podrá aliviar nuestro dolor momentáneo, sí nos puede acompañar durante ese proceso, para que la pena pueda ir transformándose en otras emociones, dando lugar así a la elaboración del duelo.

Crisis vitales y crecimiento personal

Hay momentos en la vida, donde todo parece torcerse: perdemos un trabajo, nos separamos de nuestra pareja, nuestros amigos se alejan, o simplemente sentimos que ya no somos lo que éramos. Son momentos de crisis, donde a veces, sentimos que estamos tocando fondo. La palabra crisis, en griego, significa cambio. A veces, el universo nos coloca en situaciones realmente incómodas, y nos obliga a movernos, a renunciar a viejos esquemas, a crecer espiritualmente. A evolucionar como personas. Ningún proceso de crisis suele estar exento de cierta cantidad dolor.

Pero si lo enfrentamos con valentía y coraje, si tenemos el ánimo de preguntarnos qué queremos realmente en la vida, para qué estamos aquí, podemos llegar a una mejor versión de nosotros mismos. Acompañar terapéuticamente en un proceso de crecimiento personal, es uno de los trabajos más gratificantes de mi profesión: implica atender al crecimiento de una semilla, que acaba explosionando en forma de hermosa planta. Hermosa, por auténtica. Muchas veces, el paciente manifiesta tener una sensación de renacimiento espiritual, de plenitud, al final del proceso.

Procesos oncológicos

Hace unos seis años, mi padre enfermó de cáncer de colon y de pulmón. Asistí al desarrollo de su enfermedad, y también a su muerte. Aprendí muchísimo, probablemente, más que en cualquier libro de psicooncología. Le cuidé como supe y pude. Cometí errores y aciertos. Y desde entonces, me gusta acompañar a personas que están pasando por situaciones similares. Hay muchos tipos de cáncer, algunos tienen buen pronóstico y se curan, otros no.

Cuando una persona contrae un cáncer, se producen cambios en el cuerpo, la mente, y el espíritu. Se producen cambios en el entorno laboral, social y familiar. Por ello, es de gran importancia, tanto para el propio afectado como para la familia, recibir un acompañamiento psicoterapéutico, para saber cómo enfrentar las situaciones que se van produciendo, y tener un soporte emocional. Juntos, es más fácil.